jueves, 12 de febrero de 2015

El descrédito de El País y cambio de régimen

Hay muchas señales de que el actual régimen se está desmoronando. Una de ellas es el descrédito al que está llegando la prensa de referencia, habitual creadora de estados de opinión. Pongamos un ejemplo representativo: El País. Periódico nacido en el 1976, al albor del nuevo régimen que nacía y que logró ser la expresión de la progresía biempensante. Todos sabíamos de qué pie cojeaba, pero gozaba de cierta credibilidad, se la percibía como periodismo mínimamente riguroso. Ya no. Ahora es imposible considerarlo información, apenas pasa de agencia de comunicación. Y chapucera.

No voy a hacer un prolijo inventario. Sería interminable. Me voy a centrar en el último caso. Flagrante. Diría que una ofensa a la inteligencia de sus lectores. Ayer, miércoles 11 de febrero de 2015, Pedro Sánchez y Tomás Gómez nos regalaron a los españoles un espectáculo que este humilde observador definiría como grotesco y que todo dios consideró como señales del hundimiento del PSOE. El Secretario General del PSOE nos sorprendió a todos disolviendo la federación madrileña del partido para quitar de en medio a un Tomás Gómez ciertamente quemadísimo por lo del tranvía de Parla. El afectado, lejos de acatar, se rebela, monta una rueda de prensa atacando a Pedro Sánchez y amenaza con llevar la decisión a los tribunales. El sainete continuó por la tarde con una especie de manifestación tumultuosa de seguidores deTomás Gómez (no demasiado concurrida, todo sea dicho), ante la sede de Ferraz que casi acaba a tortas. Todo esto a tres meses de las elecciones autonómicas en Madrid. El PSOE sin candidato y con guerra abierta. Yo no podía quitarme de la cabeza la famosa frase de Josep Tarradellas de que en política se puede hacer de todo menos el ridículo.
Mientras estábamos todos estupefactos contemplando el esperpento, a Metroscopia le dio tiempo para hacer 800 llamadas a madrileños, no solamente informados de lo sucedido ese día en el PSOE sino con opinión forjada, y elaborar una encuesta. Sondeo urgente, le llaman, sin ruborizarse ni nada. Elveredicto que nos publica El País es que Pedro Sánchez no solo sale reforzado de la crisis, sino que encima el PSOE sube unos 8 puntos en intención de voto y se pone primera en Madrid. Sin tener candidato. Vamos, ni en los sueños más húmedos de Pedro Sánchez. Y todo esto ya lo tenían publicado por la noche del mismo día de los hechos.
La reacción es evidente: ¡Vamos hombre! Es, sencillamente, inverosímil. La pregunta no es por qué nos toman (es evidente), sino cómo pueden tener tan poco apego a un mínimo de credibilidad, incluso de ridículo. ¿Hasta qué punto tienen vinculada su suerte con la de Pedro Sánchez? ¿Por qué tantas prisas?
Me da vergüenza reconocerlo, antes leía El País a diario, pero desde hace tiempo me niego a echarle una ojeada. Es una cuestión de credibilidad, que es algo totalmente subjetivo. En el momento en que sientes que no te están informando sino que te están comunicando lo que toca, no tiene sentido seguir leyendo ese medio. Sin lugar a dudas, el principal capital de un periódico es su credibilidad y eso no hay anuncio del Banco Santander que lo pague. La cuestión es si antes actuaba exactamente igual o ha ido extremando sus manipulaciones hasta hacerlas irrisorias. Es decir, como en una ruptura, si ha cambiado él o he sido yo. Lo más probable es que sea las dos cosas. De lo que se trata es que con el cambio seamos cada vez más críticos y exigentes.
Como se puede comprobar en la elección de los enlaces, mi medio de referencia ahora tiende a ser eldiario.es. Tiene sus limitaciones, pero al menos en una muestra de humildad nos reconoce que es “periodismo a pesar de todo”. Otra muestra, en definitiva, del cambio de régimen que estamos viviendo.

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