miércoles, 14 de enero de 2015

Podemos, partido centralizado de cuadros

Resulta fascinante contemplar el proceso de construcción de Podemos. Y no porque sea innovador, sino precisamente por lo contrario: por lo rápida, decidida y explícita que está siendo su conformación como una organización centralizada de toda la vida. Pablo Iglesias no se esconde de mostrar su apoyo público a los candidatos que le parece en las elecciones territoriales internas. A mí, personalmente, me llama poderosamente la atención su absoluto desinterés, cuanto menos, a aparentar imparcialidad entre las diferentes candidaturas de su propio partido. ¿Qué diríamos si Pdro Snchz mostrara en twitter su apoyo a tal o cual candidato a la secretaría general de, por ejemplo, el PSdeG? ¿Es una particular forma de combatir la hipocresía política? No sé, aún me parece recordar las reclamaciones de radicalidad democrática, las apelaciones al empoderamiento y las reivindicaciones del espíritu del 15M (¿el Mayo del 68 de nuestra generación?) que juraría no hace tanto adornaban el discurso de Pablo Iglesias. E, ingenuo de mí, se me antoja que no casan demasiado bien con su comportamiento como Secretario General. No será por torpeza y bisoñez, dudo que no venga mamado de teorías sobre alternativas organizativas, que es bien sabido que licenciados en ciencias políticas no faltan en Podemos.
Sin lugar a dudas, es una estrategia deliberada. Es tentador ponerse pedante y mencionar la vanguardia del proletariado o incluso ir más allá y ponerse pomposo recurriendo al reductio ad hitlerum con el führerprinzip. Sí, tiene un liderazgo excesivo, pero la cosa es más sencilla. Me juego el bigote que la estrategia viene motivada por el ejemplo de IU: se trata de evitar que los intereses de las federaciones territoriales puedan atentar la estrategia global de la organización como le ha sucedido en tantas ocasiones a la federación de izquierdas. Así, sin estrujarme mucho el coco, pienso en el apoyo a Monago en Extremadura, la participación en el gobierno de Ibarretxe, la marcha de Iniciativa per Catalunya con Anguita...
La prioridad es alcanzar el gobierno, así que de lo que se trata es de tenerlo todo atado y bien atado. El referente que me parece más elocuente es Alfonso Guerra y su “el que se mueva no sale en la foto”. Personalmente, me parece una prevención lógica, para qué nos vamos a engañar. Lo que no tengo tan claro es si esta forma de actuar se corresponde, mínimamente, con las espectativas generadas de radicalidad democrática, empoderamiento y esas cosas que seguramente había hecho pensar a muchos de que Podemos se trataría de algo distinto. Supongo que las perspectivas de inminente éxito minimizarán el posible desencanto.
A pesar de los famosos Círculos, las asambleas y las votaciones que se van haciendo, Podemos, lejos de comportarse como un partido de masas, apunta más a un partido de cuadros, teóricamente más característico de la derecha. Hay una abrumadora y sospechosa predominancia de profesores de políticas y similares en los puestos relevantes. Paradójicamente, da la impresión de que Pablo Iglesias se comporta como Mariano Rajoy y tiende a confiar en personas de su mismo perfil: Iglesias coloca a politólogos o profesores universitarios treintañeros de letras y Rajoy a juristas altos funcionarios del Estado.
La tendencia a la organización de cuadros centralizada es patente en la construcción del contenido político. No se apela a la participación de las bases y el pueblo en general, sino a los pronunciamientos de expertos, entiendo que designados por la dirección. Ya lo pudimos comprobar con la enmienda al programa de las europeas que le encargaron a los profesores Navarro y Torres y que llamó la atención fundamentalmente por socialdemócrata.
Podemos, pues, para alcanzar el poder está decantándose abiertamente por un pragmatismo que puede ser juzgado de obsceno. Sin duda, en política hay que tener presente que lo posible es infinitamente mejor que lo perfecto. Pero, ¿Era necesario y ético vendernos motos? ¿Qué nivel de renuncias estarán dispuestos a tolerar sus seguidores? ¿Hasta qué punto ese no es el recorrido que ha llevado al PSOE a donde está? ¿Hasta qué punto más que algo nuevo nos van a ofrecer una mera regeneración del PSOE? ¿Hasta qué punto nos tendríamos que conformar con eso?

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